Economía

El hipertrofismo de la Administración Pública, en números

El hipertrofismo de la Administración Pública, en números

sep. 11, 2016

ESTE BLOG Y LAS OPINIONES AQUÍ VERTIDAS CONSTITUYEN UNA HERRAMIENTA DE DEBATE Y NO EXPRESAN LA OPINIÓN OFICIAL DEL CÍRCULO DE EMPRESARIOS DE GRAN CANARIA.

Uno de cada cuatro canarios vive del erario público. O lo que es lo mismo:uno de cada tres mayores de 16 años (en edad de trabajar) cobra del entramado institucional bien por ser pensionistas, parados o trabajadores del estado.

Esta es la conclusión a la que han conducido los cálculos que publica hoy el diario La Provincia y que pone de manifiesto el excesivo tamaño que han alcanzado las administraciones.

La nómina pública la integran 560.744 personas, aproximadamente uno de cada tres de los 1,8 millones de canarios mayores de 16 años. Son 560.744 cuya principal o única fuente de ingresos el sector público, ya sea el estatal, el autonómico (el Gobierno de Canarias y sus entidades dependientes) o el local (los cabildos y ayuntamientos).

La mayor parte de esa nómina la integran los pensionistas, que suman 300.807. Tras estos figuran los funcionarios o empleados públicos, que son 140.500, y los parados que aún tienen derecho a percibir la prestación por desempleo, que casi llegan a 120.000 (119.437). Todos ellos, esos 560.744, son un 15% más que en 2008, el primer año de crisis económica, cuando la nómina pública solamente la integraban en la región 486.908.

El caso más llmativo es el caso de los  140.500 funcionarios. Cuando desde la política se empezó a reconocer que la crisis se dilataría en el tiempo, allá en 2009, los mensajes acerca de la necesidad de aligerar las plantillas públicas no dejaron de repetirse. Sin embargo, y una vez ha quedado atrás lo más duro del largo periodo de estrecheces, la plantilla pública, cuando menos en conjunto, no solo no se ha reducido, sino que incluso ha aumentado en 1.500 personas.  Y eso, a pesar de los afiliados a la Seguridad Social han disminuido un 8,3% desde comienzos de 2008.

La proliferación de empresas públicas en la última década ha constituido una sinrazón económica y política. Supone, además, una competencia absolutamente desleal porque con una empresa de ese tipo nunca se pierde dinero, porque el dinero público cubre todos los déficits que se puedan producir. Y el dinero público, no lo olvidemos, proviene de los bolsillos de los contribuyentes. De SU bolsillo