Sociedad

Alerta por la Educación

Alerta por la Educación

dic. 13, 2019

Canarias se puede quedar atrás mientras el mundo alrededor acelera la transformación

El Círculo de Empresarios de Gran Canaria insiste en un Pacto por la Educación

La enseñanza de Canarias ha obtenido uno de los peores resultados de España en el último informe PISA. En Ciencias y Matemáticas, vuelve a situarse por debajo de la media de la OCDE. El rendimiento del alumnado de 15 años, respecto a los mejores del país, van con un curso de retraso.

Son los datos más recientes referidos a la educación en el archipiélago. Y que se suman a los ya conocidos, como que Canarias es la comunidad autónoma con la mayor tasa de abandono universitario, un 20,9%, según un estudio de la Fundación BBVA; tiene la cuarta tasa más baja del país en abandono temprano de FP y bachillerato, uno de cada cinco jóvenes canarios (el 20,9%) no termina la secundaria; y la tasa de paro juvenil ronda el 40%, según el INE.

Unos datos que contrastan con los objetivos que marca la Unión Europea para el 2020 que comienza en menos de un mes: abandono escolar inferior al 10 % y al menos el 40 % de las personas de 30 a 40 años con estudios superiores completos.

Ante esta alarmante situación, el Círculo de Empresarios de Gran Canaria debe volver a reclamar un amplio Pacto de Estado por la Educación que ponga la formación de las generaciones más jóvenes por delante de cualquier interés partidista. Lo que se está haciendo por las futuras generaciones es claramente insuficiente.

De hecho, en los recientes presupuestos del Gobierno de Canarias se destinan 1.878 millones de euros al área de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, pero la propia consejera ha reconocido que aún faltan unos 80 millones de euros para llegar al 5% del PIB que exige la Ley Canaria de Educación.

No es solo una cuestión de dinero. También es una cuestión de orientación. El reciente informe Pisa le genera gran preocupación porque refleja que, de los 13 a 15 años, “se produce una quiebra del sistema”, también que hay “una falta de referentes y de expectativas entre los jóvenes” y que tienen “déficit en varios aspectos como los idiomas para alcanzar puestos de trabajo cualificados”.

El pacto que proponemos desde el CEGC debe tener en cuenta que Canarias, como el resto del mundo, está inmersa en un nuevo entorno que condiciona su presente y su futuro, como es la globalización y la revolución tecno-económica.

Debemos entender que un crecimiento inteligente de nuestra sociedad se consigue con inversiones más eficaces en educación, investigación e innovación. Eso sí, simplificando y coordinando todas las normas y procedimientos entre las administraciones, y derogando todas aquellas que están impidiendo su desarrollo.

Debemos dejar atrás esos sistemas educativos, y la sucesión de siglas, que cambian en cada legislatura. La educación requiere continuidad y propuestas consensuadas.

La Formación Profesional debe contar definitivamente con el reconocimiento social que merece. Su reorientación e impulso es objetivo de todas las administraciones públicas, desde la regional a la europea.

La universidad canaria se ha debido adaptar al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Una transformación necesaria compleja e incompleta, que no ha sido suficientemente explicada y que no ha contado con la proactividad necesaria. Si bien los procesos de garantía de la calidad exigidos por el EEES son ya hoy una realidad, sería pertinente realizar algunas mejoras en los mismos.

En este sentido, conviene señalar que es necesario repensar la universidad y hablar de la escuela del mañana, haciendo hincapié en la docencia, una función poco valorada y reconocida actualmente. Sigue centrada en contenidos específicos de cada materia, que a menudo se vuelven rápidamente obsoletos o tienen “poco que ver” con la realidad que vivirán los futuros graduados.

Los cambios económicos y sociales requieren un mayor esfuerzo en formación para adaptar la cualificación profesional de nuestra población activa a los requerimientos y exigencias del tejido productivo.

Canarias tiene la oportunidad, en el momento actual de profunda transformación, de poder definir su futuro y que no le sea impuesto. Su principal apuesta debe estar en la educación y en la innovación, que deben trabajar y evolucionar como un verdadero ecosistema.