Economía

La burocracia grancanaria sigue frenando el desarrollo de la isla

La burocracia grancanaria sigue frenando el desarrollo de la isla

oct. 15, 2018

Un año después de que el Proyecto de Wolfgang Kiessling para la construcción del Siam Park en el Veril por fin tuviera luz verde, sigue sin arrancar. Las trabas y las esperas, a lo largo de los meses han continuado sucediendo y el empresario comienza a “estar harto” del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. “No sé qué pasa en San Bartolomé porque no avanzamos y, cuando solucionamos un problema, nos encontramos con otro”, denuncia Kiessling. “Queremos invertir, crear empleo, atractivo y tener un parque excepcional, pero cada vez es más complicado” lamenta el empresario.

El Grupo Kiessling puso sobre la mesa grandes planes para nuestra isla. Además de construir el Siam Park en Maspalomas, también abriría un hotel anexo que sería capaz de atraer a unos 500.000 visitantes adicionales al año a la isla. A esto habría que sumarle que, la inversión de unos 60 millones de euros traería consigo la generación de 700 puestos de empleo.

Pero desde el ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana siguen encontrando trabas al progreso. Marco Aurelio Pérez, alcalde de la localidad grancanaria, aseguró en rueda de prensa que le ha exigido al Grupo Kiessling la misma documentación que a cualquier otro proyecto. Sin embargo, la aprobación definitiva del Siam Park sigue en punto muerto y continúa alargándose en el tiempo. “Desde la primera vez que hablé con el alcalde han pasado 7 años” recuerda Kiessling. Que, desde su perspectiva, sigue “sin entender por qué en Canarias nos cortamos las posibilidades nosotros mismos”.

Desde el CÍRCULO DE EMPRESARIOS DE GRAN CANARIA, siempre se ha considerado un problema grave para nuestro archipiélago y, sobre todo, para nuestra isla las continuas trabas que nuestra burocracia impone. Más cuando se trata de inversiones estratégicas totalmente necesaria para nuestra isla, que podría ver potenciado sustancialmente su interés turístico y a la vez, impulsar la revitalización de la zona de San Bartolomé de Tirajana.

Agustín Manrique de Lara, miembro del CÍRCULO DE EMPRESARIOS y presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) también ha sumado su voz en representación de la patronal en favor del desbloqueo de la situación, pero sobre todo de la necesidad de aligerar “la mala coordinación entre administraciones públicas y la mala predisposición de ciertos funcionarios a la tramitación de nuevos proyectos en Gran Canaria”. Manrique apoya el proyecto del Grupo Kiessling puesto que considera fuera de toda duda la “regeneración” turística de Maspalomas y no entiende que las “administraciones no hagan todos los esfuerzos posibles para buscar la forma de tramitarlo, siempre bajo el estricto cumplimento de la ley”. Nadie duda de que hay que tratar al territorio con respeto y cariño. Con esta excusa, sin embargo, se ha ido tejiendo una compleja maraña legislativa y un caos competencial que ha sepultado cientos de proyectos en detrimento del crecimiento económico y a favor, en muchas ocasiones, de la actuación discrecional y arbitraria de los poderes públicos.

Este bochornoso asunto se suma así a la innumerable cantidad de proyectos que se han visto bloqueados, retrasados u obligados a irse de nuestra isla e incluso de nuestras fronteras, como es el caso de Lopesan, que se vio obligado a expandirse en República Dominicana ante la imposibilidad de desarrollarse en Gran Canaria.

Una maraña burocrática inexpugnable

Si nos fijamos en los datos, la necesidad de un cambio en la burocracia de nuestras islas y en especial en Gran Canaria es más que evidente. Las islas cuentan con más de 51 disposiciones legales autonómicas, 28 estatales y 5 comunitarias las que hacen frente a cualquier proyecto económico en nuestro territorio. Y analizando las estadísticas que brindan los resultados a lo largo de todo este proceso las cifras son claras: en dos décadas, solo 26 planes han podido salir adelante, con muchas de las resoluciones acabando en manos de los tribunales, como es el caso del proyecto del Siam Park. Porque, además, cualquier proceso de adaptación o revisión integral está, desde 2003, supeditado a continuos estancamientos debido a cambios en los planes territoriales y especiales.

Pese a todo esto, Canarias sigue engordando las Administraciones públicas. Viendo el camino y los resultados, lo que estamos consiguiendo es ahuyentar proyectos que nos garantizarían un impulso económico totalmente necesario en favor de seguir estancados a unos procedimientos legales dignos de otras épocas.